
La higiene postural es clave para prevenir molestias musculoesqueléticas, especialmente en personas con trabajos sedentarios o que realizan esfuerzos repetitivos. Una mala postura sostenida a lo largo del tiempo puede derivar en dolores musculares, lesiones y trastornos articulares como la artralgia, que es el dolor localizado en una o más articulaciones sin inflamación evidente. Implementar buenos hábitos posturales en las actividades cotidianas es una de las estrategias más eficaces para evitar este tipo de dolencias.
¿Por qué es importante la higiene postural?
Una postura incorrecta sostenida en el tiempo puede provocar sobrecargas musculares, compresiones articulares y alteraciones en la curvatura natural de la columna vertebral. Estas disfunciones derivan en dolores frecuentes en zonas como el cuello, la espalda o las lumbares, que pueden cronificarse si no se corrigen.
Además, una mala postura influye negativamente en la respiración, la digestión y el nivel de energía. Por eso, integrar principios de higiene postural es clave para el bienestar físico y funcional.
Consejos prácticos para mejorar tu postura en el día a día
1. En el trabajo
Si pasas muchas horas frente al ordenador, asegúrate de que la pantalla esté a la altura de los ojos, los codos a 90 grados y los pies bien apoyados en el suelo. Levántate cada 60 minutos para estirarte y mover el cuerpo.
2. Al dormir
Utiliza una almohada que mantenga el cuello alineado con la columna. Dormir de lado con las piernas ligeramente flexionadas suele ser la postura más recomendada para mantener una correcta alineación.
3. Al levantar objetos
Dobla las rodillas, mantén la espalda recta y acerca el objeto al cuerpo antes de levantarlo. Evita hacer fuerza solo con la espalda.
4. En casa y en tus hobbies
Desde cocinar hasta usar el móvil, todas las actividades deben realizarse sin encorvarse ni generar tensión innecesaria en la zona cervical o lumbar.
¿Cómo puede ayudarte un fisioterapeuta?
Un fisioterapeuta puede enseñarte a identificar y corregir malas posturas, mejorar tu conciencia corporal y guiarte con ejercicios específicos para reforzar la musculatura postural. Además, puede ayudarte a reducir dolores derivados de hábitos incorrectos mediante tratamientos manuales y educación postural.
Conclusión
La higiene postural no solo es importante para evitar molestias físicas, sino que también es una herramienta de prevención clave en el cuidado integral del cuerpo. Integrarla en tu rutina diaria es una inversión en salud y bienestar a largo plazo.