
Pasamos una gran parte de nuestro día trabajando, y muchas veces no somos conscientes de cómo afecta nuestra postura a largo plazo. Ya sea frente a un ordenador, de pie durante muchas horas o realizando movimientos repetitivos, una mala postura puede ser el origen de dolores crónicos, fatiga muscular y lesiones que se van acumulando con el tiempo.
La higiene postural es clave para prevenir estos problemas. No se trata solo de “sentarse recto”, sino de aprender a moverse, colocarse y distribuir el esfuerzo de forma que el cuerpo trabaje de manera equilibrada y sin sobrecargas.
Los riesgos de una mala postura en el trabajo
En consulta vemos con frecuencia personas con dolores de espalda, cervicales tensas, hombros cargados o molestias en muñecas y rodillas, todo causado (o agravado) por una postura inadecuada en su jornada laboral. Los principales riesgos de no cuidar tu postura incluyen:
- Dolor lumbar o cervical crónico.
- Contracturas en cuello, hombros y espalda.
- Síndrome del túnel carpiano.
- Lumbalgias y ciáticas.
- Cansancio excesivo, incluso sin hacer esfuerzo físico.
¿Cómo mejorar tu higiene postural?
Aquí van algunos consejos básicos que recomendamos desde nuestra clínica de fisioterapia:
- Ajusta tu espacio de trabajo: La pantalla del ordenador debe estar a la altura de los ojos, los pies apoyados en el suelo y la espalda recta, con apoyo lumbar.
- Evita posturas mantenidas por mucho tiempo: Cambiar de posición, estirarse o caminar unos minutos cada hora ayuda a descomprimir la columna y activar la circulación.
- Utiliza sillas ergonómicas: No todas las sillas son adecuadas para largas jornadas. Una buena silla puede prevenir muchos dolores.
- Cuidado con el móvil: Pasar mucho tiempo mirando hacia abajo también sobrecarga el cuello. Intenta levantar el teléfono a la altura de los ojos siempre que puedas.
- Haz pausas activas: Incorporar pequeños ejercicios o estiramientos durante el día puede prevenir tensiones musculares.
¿Y si ya tienes molestias?
Si ya sientes dolor, tensión o rigidez, no lo dejes pasar. La fisioterapia te puede ayudar no solo a aliviar el dolor, sino a reeducar tu postura con ejercicios específicos, terapia manual y pautas adaptadas a tu tipo de trabajo. En nuestra clínica analizamos tu caso de forma individual para darte herramientas que te ayuden a sentirte mejor en tu día a día.
Recuerda: cuidar tu postura en el trabajo es cuidar tu salud a largo plazo. ¡Tu cuerpo lo va a agradecer!