
La artralgia es un término médico que se refiere al dolor articular. A diferencia de la artritis, no siempre implica inflamación, pero puede ser igual de molesta e incapacitante si no se trata a tiempo. Muchas personas experimentan molestias articulares y las asocian con el envejecimiento, el clima o el esfuerzo físico, sin saber que podrían estar ante una artralgia en desarrollo.
Detectar los síntomas a tiempo es clave para evitar que el dolor se vuelva crónico o derive en problemas articulares más serios. En nuestra clínica de fisioterapia, tratamos a menudo casos de pacientes que llegan con molestias leves pero persistentes, y que con el enfoque adecuado, logran recuperar su bienestar antes de que el dolor limite su movilidad o afecte su día a día.
Principales síntomas de la artralgia
Los signos más comunes que pueden alertarte son:
- Dolor localizado en una o varias articulaciones, que puede aparecer de forma intermitente o continua.
- Rigidez articular, sobre todo por las mañanas o tras estar mucho tiempo en reposo.
- Sensación de sensibilidad al tacto o dolor al mover la articulación.
- Reducción de la movilidad, lo que puede dificultar actividades cotidianas como agacharse, caminar, subir escaleras o escribir.
- En algunos casos, chirridos o crujidos articulares (crepitación) al mover la zona.
Aunque la artralgia puede estar relacionada con causas puntuales como un traumatismo o una sobrecarga muscular, también puede ser un síntoma de algo más complejo, como una enfermedad reumática o procesos degenerativos. Por eso, es tan importante no ignorarla.
¿Qué puede hacer la fisioterapia por ti?
Desde la fisioterapia abordamos la artralgia desde un enfoque personalizado. Lo primero es identificar la causa: ¿postura incorrecta? ¿Sobrecarga por ejercicio? ¿Sedentarismo? Una vez claro el origen, diseñamos un tratamiento que puede incluir:
- Terapia manual para aliviar el dolor y mejorar la movilidad.
- Ejercicios terapéuticos para fortalecer la musculatura que rodea la articulación.
- Reeducación postural y pautas para prevenir la sobrecarga.
- Técnicas complementarias como electroterapia, vendajes o punción seca, según el caso.
Lo más importante es no esperar a que el dolor se haga parte de tu rutina. Si notas molestias articulares recurrentes, lo mejor es acudir cuanto antes a un fisioterapeuta para una evaluación y tratamiento precoz. En nuestra clínica estamos comprometidos con tu salud y movimiento, ayudándote a vivir sin dolor y con mayor libertad en tu cuerpo.