
Cuando hablamos de mejorar el rendimiento físico, muchas personas piensan en fuerza, resistencia o velocidad. Pero hay un componente clave que a menudo se pasa por alto: la flexibilidad. Y dentro de las distintas formas de trabajarla, la flexibilidad balística es una herramienta poderosa cuando se usa de forma controlada y consciente.
La flexibilidad balística se basa en movimientos rápidos y repetitivos que llevan una articulación al límite de su rango de movimiento, utilizando el impulso. A diferencia del estiramiento estático (donde se mantiene una posición durante varios segundos), en la flexibilidad balística se realizan balanceos, rebotes o impulsos dinámicos, como por ejemplo balancear la pierna adelante y atrás o hacer giros rápidos de brazos.
¿Por qué es importante la flexibilidad balística?
Este tipo de flexibilidad es especialmente útil para deportistas y personas activas que necesitan movimientos explosivos o rápidos. Algunos de sus beneficios son:
- Aumenta el rango de movimiento dinámico, preparando al cuerpo para acciones deportivas como correr, saltar o lanzar.
- Activa el sistema neuromuscular, lo que mejora la coordinación y la velocidad de respuesta.
- Optimiza el calentamiento, ya que eleva la temperatura muscular y mejora la circulación.
- Contribuye a la prevención de lesiones, al entrenar al músculo a moverse con seguridad en rangos amplios.
¿Cómo mejorarla de forma segura?
En nuestra clínica de fisioterapia, siempre recordamos que la flexibilidad balística no es para todos, ni en cualquier momento del entrenamiento. Es ideal para personas con una base de movilidad y fuerza ya desarrollada, y debe ser progresiva y controlada. Aquí van algunos consejos:
- Calienta bien antes: Nunca realices estiramientos balísticos en frío. Comienza con movilidad articular y algo de cardio suave.
- Controla la técnica: Los movimientos deben ser rápidos, pero también precisos. Evita rebotes bruscos o descontrolados.
- Comienza con movimientos básicos: Balanceos de piernas, giros de cadera, brazos en péndulo… y poco a poco aumenta la intensidad.
- Escucha a tu cuerpo: Si sientes dolor o incomodidad, detente. El objetivo es mejorar el rango, no forzarlo.
- Complementa con otras formas de flexibilidad: Alternar con estiramientos dinámicos y estáticos mejora los resultados y la recuperación.
Fisioterapia y flexibilidad: un buen combo
Desde la fisioterapia podemos ayudarte a evaluar tu movilidad, detectar limitaciones articulares o musculares, y diseñar un plan de ejercicios para que trabajes tu flexibilidad de forma segura y eficaz. Mejorar tu flexibilidad balística no solo te hará más ágil, sino también más resistente, rápido y menos propenso a lesionarte.
¿Listo para llevar tu cuerpo a otro nivel? Te acompañamos en el proceso.